El Lionel de Marmier era una maravilla de la ingeniería aeronáutica de la época, un gigante de seis motores que prometía revolucionar el transporte transatlántico.
Su nombre honraba al as de la aviación francesa, y su diseño, desarrollado durante los primeros días de la ocupación alemana de Francia en la Segunda Guerra Mundial, era un símbolo de resistencia y progreso.
El vuelo del Lionel de Marmier no era uno cualquiera; transportaba entre sus pasajeros a diplomáticos aliados, ex funcionarios nazis y, según rumores, lingotes de oro con destino a los lagos del sur de Argentina.
La presencia de estas figuras y el misterioso cargamento añadían un aura de intriga al ya dramático accidente.
El viaje había comenzado en Biscarosse, Francia, y tras una escala en Mauritania, el hidroavión se dirigía hacia Buenos Aires, con una parada programada en Río de Janeiro.
Todo transcurría según lo planeado hasta que, sobre el territorio uruguayo, uno de los motores falló, obligando al piloto a realizar un amerizaje forzoso en la Laguna de Rocha.
El accidente cobró la vida de dos pasajeros y dejó una marca imborrable en la historia.
Entre los sobrevivientes se encontraban figuras notables como el poeta y diplomático brasileño Vinicius de Moraes y el ministro adjunto de Uruguay en Washington, Ramón Píriz Coelho.
El Museo Regional de Rocha alberga hoy una aspa de una de las hélices del hidroavión, un silencioso testigo de la tragedia que conmocionó a una nación y que, aún hoy, suscita preguntas sin respuesta.
¿Qué secretos se hundieron con el Lionel de Marmier en las aguas de la Laguna de Rocha?
Conoce alguno de los detalles que vieron estos testigos cuando se encontraron con los restos del hidroavión que iban cayendo.
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